martes, agosto 28, 2007

Meravigliosa Creatura

miércoles, julio 25, 2007

Outra vaca no milho...

Vaca

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sábado, julio 21, 2007

Contra la estupidez


Bueno. Pues esta es la famosa portada de la polémica. ¿Hay realmente motivo para tanto? Si la familia real pasa del tema, ¿por qué un cretino pelotillero tiene que decidir actuar de oficio? ¿Es el pelotillero en cuestión tan estúpido que no sabe que en realidad está haciendo un favor a la revista, proporcionándole publicidad a costa del morbo? Pues desde aquí nos ponemos de parte de la libertad de expresión y del sentido común.
¡Salud!

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miércoles, julio 18, 2007

High Flyin' Fergus

High Flyin' Fergus

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martes, julio 17, 2007

Recaída en el consumismo fetichista...

Wayfarer


Y es que soy medio tontorrón.

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viernes, julio 06, 2007

La mente del psicópata

Estos días he releído From Hell, de Alan Moore y Eddie Campbell, una reconstrucción documentada al extremo pero con raíces en la ficción y la interpretación artística y subjetiva de los hechos, de los asesinatos debidos al asesino en serie conocido como Jack The Ripper, que actuó en Londres, en la zona de Whitechapel en el año 1888, matando al menos a cinco mujeres: Polly Nichols, Annie Chapman, Liz Stride, Catherine Eddowes y Marie Jeannette Nelly; si bien hubo quien en algún momento llegó a atribuir al caso dos asesinatos más: los de Marta Tabram (alias MartaTurner) y Emma Smith.

Moore ofrece un retrato fascinante y profundo de una época entera que a su juicio prefigura todo el siglo XX con su carga de horror e inhumanidad, llegando incluso a encontrar un atisbo de piedad y amor por la humanidad en la mente perturbada que llevó a cabo los atroces crímenes. En efecto, Moore, que se atiene a las teorías más atractivas –y fantásticas– sobre la autoría de los asesinatos, presenta a un asesino alejado de la imagen de indiferencia e insensibilidad del psicópata prototípico. Su asesino es sensible a la belleza y aunque actúa siguiendo los impulsos típicos del asesino en serie (sus actos son productos de un plan, de una “misión” y durante su cumplimiento atraviesa por todas las fases psicológicas conocidas en el comportamiento de esos asesinos), cuando le sobrevienen visiones del pasado siglo –que para él es futuro– es consciente de una dimensión nueva en sus ataques y de un significado oculto que crea un contraste entre su brutal misión y la inhumanidad de la sociedad contemporánea de los autores del cómic.

La multipremiada obra de Moore & Campbell fue llevada al cine en lo que fue uno de los últimos coleteos de ese género que tan de moda estuvo en los 80 y 90: el cine de psicópatas/asesinos en serie. Personalmente, he de reconocer que siempre me ha parecido que gran parte del éxito de estas películas tenía su base en un hecho preocupante: la fascinación pública por el psicópata como encarnación del mal absoluto y, en muchos casos, como objeto de claras simpatías, y hasta de admiración. Asimismo, también resultaba curioso constatar la forma como a cada películaconpsicópata aumentaba la espectacularidad y la violencia de sus finales, en los que de modo invariable el asesino en serie resultaba muerto. Ambos aspectos revelan, creo yo, el ambiente de esquizofrenia social que ha alcanzado la sociedad occidental, en la que pueden convivir sin mayores problemas la simpatía por el mal con la moralina ultraconservadora del tipo más rancio.

Claro que las conclusiones podrían ser aún más desoladoras si tenemos en cuenta las definiciones de psicopatía que usa actualmente la medicina psiquiátrica. En un programa de Redes emitido hace un par de años, Robert Hare comentaba su formulario para la detección precoz de lo que se considera una enfermedad neurológica incurable. Aquí se puede leer la entrevista de Eduardo Punset al canadiense y aquí se puede ver el programa, en cuya segunda parte intervienen dos expertos españoles: Luis Borrás y Vicente Garrido.

Casos extremos aparte (asesinos, violadores), se habla del psicópata como alguien carente de sentido de la responsabilidad, con falta de empatía con los sentimientos ajenos, egoísmo extremo, alta capacidad de planificación y obtención de resultados, e insensibilidad ante las repercusiones de los propios actos. Sin embargo, se recalca que el psicópata es un manipulador emocional consumado, capaz de fingir que entiende o comparte los sentimientos de las personas a las que aspira a explotar. En cuanto a la fisiología, se habla de defectos biológicos en el cerebro que inhiben el control de impulsos violentos y crean una disfunción en la percepción de la violencia y las emociones.

Yo me pregunto, por ejemplo, si eso no refleja gran parte de las prácticas empresariales actuales tales como los cierres de fábricas en países occidentales para trasladarlas a donde es posible explotar trabajadores o incluso niños, el desprecio por normativas y leyes medioambientales o praxis profesionales, y la búsqueda exclusiva del beneficio propio sin ningún tipo de represión ni autocontrol. O yendo aún más lejos: ¿no tendremos que aplicar la etiqueta de “pp” (personalidad psicopática, ¡ojo a las siglas!) a comportamientos colectivos? Tengamos en cuenta el estado actual de la sociedad española, la falta absoluta de responsabilidad, la indiferencia ante las situaciones de sufrimiento ajeno, la búsqueda personal de soluciones, riqueza, status y poder, la falta de control de los instintos agresivos… ¿hace falta que siga?


Si alguien está interesado en profundizar en el tema, podría consultar las siguientes referencias:

The Mask Of Sanity, de Hervey Cleckley.
Sin conciencia, de Robert Hare. Seguidor de Cleckley, autor de un cuestionario de diagnosis fiable y rápida de individuos con psicopatía e investigador de métodos de reconducción de personalidad que posibiliten la neutralización de impulsos violentos en este tipo de enfermos.
Asesinos en serie españoles, de Luis Borrás.
El psicópata, de Vicente Garrido.

Los tres últimos están editados en España y se encuentran sin problemas en cualquier librería. El primero es un estudio pionero y, en cierto sentido clásico, de los años 40 de más difícil acceso si no es pagando precios altos a través de internet.

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martes, julio 03, 2007

Jilguero

Jilguero

Jilguero

Carduelis carduelis

Pintassilgo (Pt); Chardonneret (Fr); Cardellino (It); Goldfinch (Eng).

En España, además de "jilguero", también es conocido como:

* Cardelina (f)
* Carderola (f)
* Cadernera (f)
* Cagarrinera (f)
* Colorín
* Golorito
* Pájaro Pinto
* Pintacilgo
* Pintadillo
* Sietecolores
* Silguero
* Sirguero
* Soldadito

(como siempre, haciendo click en las imágenes se pueden ver en grande en su alojamiento en Flickr)

¡Salud!

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