Indignado con los de mi generación
He recibido el texto que reproduzco más abajo y me parece mentira lo llorones que se han vuelto algunos. Se trata de los mismos, seguro, a los que van dirigidas todas esas campañas publicitarias basadas en la nostalgia más ramplona (ésa al estilo de "Cine de barrio" o "Cuéntame") y que no son más que una excusa para el engaño más alevoso, para tratar de vendernos porquerías que ya eran malas cuando salieron originalmente.
Hace tiempo que estoy aburrido de ésto, la verdad. No creo en lo de que cualquier tiempo pasado fue mejor y todas estas batallitas del abuelo Cebolleta. No son más que el reflejo de una verdad más incómoda y desagradable que la que denuncian: que los nacidos entre 1970 y 1985 somos unos viejos amargados prematuros. Si antes era uno más feliz es porque, como niño y adolescente, no tenía responsabilidades serias y ahora sí las tiene. Mucha gente debería plantearse seriamente por qué les apetece más volver a agarrar el mando del Scalextrix que asumir que tienen que llevar una vida de adulto.
Por mi parte, al próximo que me vuelva a hablar de Mazinger Z, los Juegos Reunidos Geyper o estupideces semejantes lo pienso mandar a freir rábanos.
Y conste, porque hay que explicarlo todo, que no se trata de renegar de todos esos recuerdos que forman parte de la infancia colectiva de esta generación. Se trata simplemente de no usarlos como excusa para justificar el adocenamiento, la parálisis y la deriva hacia el conservadurismo intelectual más comodón. El mismo texto lo deja claro con sus múltiples contradicciones y con los dos últimos párrafos, que parecen pronunciados por un abuelete centenario abandonado por sus hijos en una gasolinera. De hecho, me recuerda al debate que produjo hace unos años el anuncio de una aseguradora en la que una multitud saltaba de un puente cogidos de la mano mientras una voz leía un poema sobre qué acciones y decisiones no repetiría si tuviese la oportunidad de volver a nacer. El poema en cuestión circulaba desde muchos años antes como un inédito de Borges y cuando el anuncio lo hizo conocido, María Kodama negó categóricamente que su marido pudiera haber escrito algo que implicaba una impugnación de la propia vida tal y como uno decide vivirla.
Pues éso. Leedlo y decidid vosotros:
Generación de los 75-85
El objeto de esta misiva es la de reivindicar una generación, los 75-85, de todos aquellos que nacimos en los 80 un par de años arriba, años abajo), la de los que estamos currando de algo que nuestros padres ni podían soñar, la de los que vemos que el piso que compraron nuestros padres ahora vale 20 o 30 veces más, la de los que estaremos pagando nuestra vivienda hasta los 50 años.
Nosotros no estuvimos en la Guerra Civil, ni en mayo del 68, ni corrimos delante de los grises, no votamos la Constitución y nuestra memoria histórica comienza con las olimpiadas del 92.
Aunque no nacimos en una dictadura, siempre hemos tenido una conciencia democrática. Por no vivir activamente la Transición se nos dice que no tenemos ideales y sabemos de política más que nuestros padres y de lo que nunca sabrán nuestros hermanos pequeños y descendientes.
Somos la última generación que hemos aprendido a jugar en la calle a las chapas, la peonza, las canicas, la comba, la goma o el rescate y, a la vez, somos la primera que hemos jugado a videojuegos, hemos ido a parques de atracciones o visto dibujos animados en color.
Los Reyes Magos no siempre nos traían lo que pedíamos, pero oíamos (y seguimos oyendo) que lo hemos tenido todo, a pesar de que los que vinieron después de nosotros sí lo tienen realmente y nadie se lo dice.
Se nos ha etiquetado de generación X y generación sandwich, y tuvimos que tragarnos "bodrios" como: Reality Bites, Melrose place o Sensación de vivir, y más adelante, a las 11 en casa y compañeros (te gustaron en su momento, vuélvelas a ver, verás que chasco).
Lloramos con la muerte de Chanquete, con la puta madre de Marco que no aparecía, con las putadas de la Señorita Rottenmayer. Somos una generación que hemos visto a Maradona hacer campaña contra la droga, que nos reímos de un anuncio que decía que si el Madrid era otra vez campeón de Europa, que durante un tiempo tuvimos al baloncesto como el primero de los deportes.
Hemos vestido vaqueros de campana, de pitillo, de pata de elefante y con la costura torcida; nuestro primer chándal era azul marino con franjas blancas en la manga y nuestras primeras zapatillas de marca las tuvimos pasados los 10 años.
Entramos al colegio cuando el 1 de noviembre era el día de Todos los Santos y no Halloween, cuando todavía se podía repetir curso, los últimos en hacer BUP y COU, los pioneros de la E.S.O. Hemos sido las cobayas en el programa educativo, somos los primeros en incorporarnos a trabajar a través de una ETT y a los que menos les cuesta tirarnos del trabajo...
Siempre nos recuerdan acontecimientos de antes que naciéramos, como si no hubiéramos vivido nada histórico.
Nosotros hemos aprendido lo que era el terrorismo contando chistes de Irene Villa, vimos caer el muro de Berlín y a Boris Yelsin borracho tocarle el culo a una secretaria; los de nuestra generación fueron a la guerra (Bosnia, etc.) cosa que nuestros padres no hicieron; gritamos OTAN no bases fuera, sin saber muy bien qué significaba y nos enteramos de golpe un 11 de septiembre.
Aprendimos a programar el video antes que nadie, jugamos con el Spectrum, odiamos a Bill Gates, vimos los primeros móviles y creímos que Internet sería un mundo libre.
Somos la generación de Espinete, Don Pimpón y Chema "elpanaderofarlopero". Los que recordamos a Enrique del Pozo cantando con Ana, los mundos de Yupi y las pesetas rubias. Nos emocionamos con superman, ET o En busca del Arca Perdida.
Comíamos Phosquitos y los Tigretones eran lo mejor, aunque aquello que empezaba (algo llamado Bollycao) no estaba del todo mal.
Somos la generación del "El coche fantástico", Oliver y Benji"... La generación que se cansó de ver las mamachichos. La generación a la que le entra la risa floja cada vez que tratan de vendernos que España es favorita para un mundial. La última generación que veía a su padre poner la baca del coche hasta el culo de maletas para ir de vacaciones. La última generación de las litronas y los porros, y qué coño, la última generación cuerda que ha habido.
Este correo está dedicado a las personas que nacieron entre 1975 y 1985.La verdad es que no sé cómo hemos podido sobrevivir a nuestra infancia!!!! Mirando atrás es difícil creer que estemos vivos en la España de antes: nosotros viajábamos en coches sin cinturones de seguridad traseros, sin sillitas especiales y sin air-bags, hacíamos viajes de más de 3h sin descanso con cinco personas en el coche y no sufríamos el síndrome de la clase turista. No tuvimos puertas con protecciones, armarios o frascos de medicinas con tapa a prueba de niños. Andábamos en bicicleta sin casco, ni protectores para rodillas ni codos. Los columpios eran de metal y con esquinas en pico. Salíamos de casa por la mañana, jugábamos todo el día, y sólo volvíamos cuando se encendían las luces. No había móviles. Nos rompíamos los huesos y los dientes y no había ninguna ley para castigar a los culpables. Nos abríamos la cabeza jugando a guerras de piedras y no pasaba nada, eran cosas de niños y se curaban con mercromina (roja) y unos puntos y al día siguiente todos contentos. Íbamos a clase cargados de libros y cuadernos, todo metido en una mochila que, rara vez, tenía refuerzo para los hombros y, mucho menos, ruedas!!!
Comíamos dulces y bebíamos refrescos, pero no éramos obesos. Si acaso alguno era gordo y punto.
Estábamos siempre al aire libre, corriendo y jugando. Compartimos botellas de refrescos y nadie se contagio de nada.Sólo nos contagiábamos los piojos en el cole. Cosa que nuestras madres arreglaban lavándonos la cabeza con vinagre caliente (o los más afortunados con Orión).
Y ligábamos con l@s niñ@s jugando a beso, verdad y atrevimiento o al conejo de la suerte, no en un chat diciendo memeces.
Eramos responsables de nuestras acciones y arreábamos con las consecuencias. No había nadie para resolver eso. Tuvimos libertad, fracaso, respeto, éxito y responsabilidad, y aprendimos a crecer con todo ello.
Tú eres uno de ellos? ¡Enhorabuena! Pasa esto a otros que tuvieron la suerte de crecer como niños, antes de que todos estos niñatos que hay ahora que se creen algo y no tienen respeto ni educación a nadie destrocen el mundo en el que vivimos.
Un saludo a todos!
¡Salud!
Hace tiempo que estoy aburrido de ésto, la verdad. No creo en lo de que cualquier tiempo pasado fue mejor y todas estas batallitas del abuelo Cebolleta. No son más que el reflejo de una verdad más incómoda y desagradable que la que denuncian: que los nacidos entre 1970 y 1985 somos unos viejos amargados prematuros. Si antes era uno más feliz es porque, como niño y adolescente, no tenía responsabilidades serias y ahora sí las tiene. Mucha gente debería plantearse seriamente por qué les apetece más volver a agarrar el mando del Scalextrix que asumir que tienen que llevar una vida de adulto.
Por mi parte, al próximo que me vuelva a hablar de Mazinger Z, los Juegos Reunidos Geyper o estupideces semejantes lo pienso mandar a freir rábanos.
Y conste, porque hay que explicarlo todo, que no se trata de renegar de todos esos recuerdos que forman parte de la infancia colectiva de esta generación. Se trata simplemente de no usarlos como excusa para justificar el adocenamiento, la parálisis y la deriva hacia el conservadurismo intelectual más comodón. El mismo texto lo deja claro con sus múltiples contradicciones y con los dos últimos párrafos, que parecen pronunciados por un abuelete centenario abandonado por sus hijos en una gasolinera. De hecho, me recuerda al debate que produjo hace unos años el anuncio de una aseguradora en la que una multitud saltaba de un puente cogidos de la mano mientras una voz leía un poema sobre qué acciones y decisiones no repetiría si tuviese la oportunidad de volver a nacer. El poema en cuestión circulaba desde muchos años antes como un inédito de Borges y cuando el anuncio lo hizo conocido, María Kodama negó categóricamente que su marido pudiera haber escrito algo que implicaba una impugnación de la propia vida tal y como uno decide vivirla.
Pues éso. Leedlo y decidid vosotros:
Generación de los 75-85
El objeto de esta misiva es la de reivindicar una generación, los 75-85, de todos aquellos que nacimos en los 80 un par de años arriba, años abajo), la de los que estamos currando de algo que nuestros padres ni podían soñar, la de los que vemos que el piso que compraron nuestros padres ahora vale 20 o 30 veces más, la de los que estaremos pagando nuestra vivienda hasta los 50 años.
Nosotros no estuvimos en la Guerra Civil, ni en mayo del 68, ni corrimos delante de los grises, no votamos la Constitución y nuestra memoria histórica comienza con las olimpiadas del 92.
Aunque no nacimos en una dictadura, siempre hemos tenido una conciencia democrática. Por no vivir activamente la Transición se nos dice que no tenemos ideales y sabemos de política más que nuestros padres y de lo que nunca sabrán nuestros hermanos pequeños y descendientes.
Somos la última generación que hemos aprendido a jugar en la calle a las chapas, la peonza, las canicas, la comba, la goma o el rescate y, a la vez, somos la primera que hemos jugado a videojuegos, hemos ido a parques de atracciones o visto dibujos animados en color.
Los Reyes Magos no siempre nos traían lo que pedíamos, pero oíamos (y seguimos oyendo) que lo hemos tenido todo, a pesar de que los que vinieron después de nosotros sí lo tienen realmente y nadie se lo dice.
Se nos ha etiquetado de generación X y generación sandwich, y tuvimos que tragarnos "bodrios" como: Reality Bites, Melrose place o Sensación de vivir, y más adelante, a las 11 en casa y compañeros (te gustaron en su momento, vuélvelas a ver, verás que chasco).
Lloramos con la muerte de Chanquete, con la puta madre de Marco que no aparecía, con las putadas de la Señorita Rottenmayer. Somos una generación que hemos visto a Maradona hacer campaña contra la droga, que nos reímos de un anuncio que decía que si el Madrid era otra vez campeón de Europa, que durante un tiempo tuvimos al baloncesto como el primero de los deportes.
Hemos vestido vaqueros de campana, de pitillo, de pata de elefante y con la costura torcida; nuestro primer chándal era azul marino con franjas blancas en la manga y nuestras primeras zapatillas de marca las tuvimos pasados los 10 años.
Entramos al colegio cuando el 1 de noviembre era el día de Todos los Santos y no Halloween, cuando todavía se podía repetir curso, los últimos en hacer BUP y COU, los pioneros de la E.S.O. Hemos sido las cobayas en el programa educativo, somos los primeros en incorporarnos a trabajar a través de una ETT y a los que menos les cuesta tirarnos del trabajo...
Siempre nos recuerdan acontecimientos de antes que naciéramos, como si no hubiéramos vivido nada histórico.
Nosotros hemos aprendido lo que era el terrorismo contando chistes de Irene Villa, vimos caer el muro de Berlín y a Boris Yelsin borracho tocarle el culo a una secretaria; los de nuestra generación fueron a la guerra (Bosnia, etc.) cosa que nuestros padres no hicieron; gritamos OTAN no bases fuera, sin saber muy bien qué significaba y nos enteramos de golpe un 11 de septiembre.
Aprendimos a programar el video antes que nadie, jugamos con el Spectrum, odiamos a Bill Gates, vimos los primeros móviles y creímos que Internet sería un mundo libre.
Somos la generación de Espinete, Don Pimpón y Chema "elpanaderofarlopero". Los que recordamos a Enrique del Pozo cantando con Ana, los mundos de Yupi y las pesetas rubias. Nos emocionamos con superman, ET o En busca del Arca Perdida.
Comíamos Phosquitos y los Tigretones eran lo mejor, aunque aquello que empezaba (algo llamado Bollycao) no estaba del todo mal.
Somos la generación del "El coche fantástico", Oliver y Benji"... La generación que se cansó de ver las mamachichos. La generación a la que le entra la risa floja cada vez que tratan de vendernos que España es favorita para un mundial. La última generación que veía a su padre poner la baca del coche hasta el culo de maletas para ir de vacaciones. La última generación de las litronas y los porros, y qué coño, la última generación cuerda que ha habido.
Este correo está dedicado a las personas que nacieron entre 1975 y 1985.La verdad es que no sé cómo hemos podido sobrevivir a nuestra infancia!!!! Mirando atrás es difícil creer que estemos vivos en la España de antes: nosotros viajábamos en coches sin cinturones de seguridad traseros, sin sillitas especiales y sin air-bags, hacíamos viajes de más de 3h sin descanso con cinco personas en el coche y no sufríamos el síndrome de la clase turista. No tuvimos puertas con protecciones, armarios o frascos de medicinas con tapa a prueba de niños. Andábamos en bicicleta sin casco, ni protectores para rodillas ni codos. Los columpios eran de metal y con esquinas en pico. Salíamos de casa por la mañana, jugábamos todo el día, y sólo volvíamos cuando se encendían las luces. No había móviles. Nos rompíamos los huesos y los dientes y no había ninguna ley para castigar a los culpables. Nos abríamos la cabeza jugando a guerras de piedras y no pasaba nada, eran cosas de niños y se curaban con mercromina (roja) y unos puntos y al día siguiente todos contentos. Íbamos a clase cargados de libros y cuadernos, todo metido en una mochila que, rara vez, tenía refuerzo para los hombros y, mucho menos, ruedas!!!
Comíamos dulces y bebíamos refrescos, pero no éramos obesos. Si acaso alguno era gordo y punto.
Estábamos siempre al aire libre, corriendo y jugando. Compartimos botellas de refrescos y nadie se contagio de nada.Sólo nos contagiábamos los piojos en el cole. Cosa que nuestras madres arreglaban lavándonos la cabeza con vinagre caliente (o los más afortunados con Orión).
Y ligábamos con l@s niñ@s jugando a beso, verdad y atrevimiento o al conejo de la suerte, no en un chat diciendo memeces.
Eramos responsables de nuestras acciones y arreábamos con las consecuencias. No había nadie para resolver eso. Tuvimos libertad, fracaso, respeto, éxito y responsabilidad, y aprendimos a crecer con todo ello.
Tú eres uno de ellos? ¡Enhorabuena! Pasa esto a otros que tuvieron la suerte de crecer como niños, antes de que todos estos niñatos que hay ahora que se creen algo y no tienen respeto ni educación a nadie destrocen el mundo en el que vivimos.
Un saludo a todos!
¡Salud!
Etiquetas: cosmopolítica, damn right i've got the blues again
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