viernes, noviembre 18, 2005

Cortázar y la creatividad lingüística

El aspecto que más disfrutamos de la obra de Julio Cortázar es sin duda el de su estilo. Cortázar sostenía que el juego era una cosa muy seria y convirtió su sentido lúdico en la piedra angular que sostenía la estructura de sus obras (Rayuela o 69, modelo para armar, sin ir más lejos), el lenguaje que utilizaba y la visión del mundo que daba cohesión al conjunto. El juego, lo lúdico se mezclaba con el humor, la historia, la cultura y, sobre todo, la literatura para conformar "el toque Cortázar". Como muestra, reproducimos un divertidísimo fragmento de Último round, en el que creemos percibir la influencia de Lewis Carroll y sus nonsense poems -Jabberwocky y The Hunt Of The Snark- (casi todas las creaciones léxicas del fragmento de Cortázar siguen la teoría de las palabras portmanteu expuesta por Humpty Dumpty en la segunda parte de Alicia):

"Como no le melga nada que la contradigan, la señora Fifa se acerca a la tota y ahí nomás le flamenca la cara de un rotundo mofo. Pero la tota no es inane y de vuelta le arremulga tal acario en pleno tripolio que se lo ladea hasta el copo.
-¡Asquerosa! Brama la señora Fifa, tratando de sonsonarse el ayelmado tripolio que ademenos es de satén rosa. Revoleando una mazoca más bien prolapsa, contracarga a la crimea y consigue marivolarle un suño a la Tota que se desporrona en diagonía y por un momento horadra el raire con sus abroncojantes bocinomias. Por segunda vez se le arrumba un mofo sin merma a flamencarle las mecochas, pero nadie le ha desmunido el encuadre a la Tota sin tener que alanchufarse su contragofia, y así pasa que la señora Fifa contrae una pica de miercolamas a media resma y cuatro peticuras de esas que no te dan tiempo al vocifugio, y en eso están arremulgándose de ida y vuelta cuando se ve precivenir al doctor Feta que se inmoluye inclótumo entre las gladiofantas.
-¿Payahás, payahás! Crona el elengantiorum, sujetirando de las desmecrenzas empubufantes. No ha terminado de halar cuando ya le están manocrujiendo el fano, las colotas, el rijo y las nalcunias, mofo que arriba y suño que al medio y dos miercolanas que para qué.
-¿Te das cuenta? Sinterruge la señora Fifa.
-¡El muy cornaputo! Vociflama la Tota.
Y ahí nomás se recompalmean y fraternulian como si no se hubieran estado polichantando más de cuetro cafotos en plena tetamencia; son así las tofifas y las fitotas, mejor es no terruptarlas porque te desmunen el persiglotio y se quedan tan plopas".




¡Salud!

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