domingo, febrero 12, 2006

Relámpago sobre agua, de Wim Wenders y Nicholas Ray

En Relámpago sobre agua, Wenders y Ray elaboran un sobrecogedor discurso sobre la vida, la muerte, la vejez, la enfermedad y la decadencia física. Rodando los últimos momentos de la vida de un Nicholas Ray que se aferra desesperadamente a su última película sabiendo que equivaldrá a su rehabilitación ante sí mismo y que se convertirá en una razón para prolongar su lucha un poco más, Wenders reflexiona sobre la muerte de un ser cercano y su oficio de cineasta.

La película identifica el proceso de elaboración de una película con el desarrollo de los últimos momentos de la vida del ser humano. El caos, el miedo, la perplejidad ante la muerte, la falta de control sobre los acontecimientos, el dolor están presentes en la obra, que es un work in progress. El mismo medio cinematográfico está presente de manera constante. Se repiten tomas, se habla acerca de cómo se va desarrollando el guión, se mezclan formatos. La cámara, convertida en un personaje más, registra todo el proceso sublimándolo y transmutándolo en A-R-T-E, la expresión más alta del espíritu humano.

Sin embargo, Wenders advierte que todo tiene un reverso oscuro: existe la tentación de aprovecharse del sufrimiento ajeno, de olvidarse de que quien está delante es una persona, que sufre y a la que quiere. Y, por supuesto, también está presente el tema del inexorable paso del tiempo, de su agotamiento, y la sensación de que todo lo que las cámaras puedan registrar no es suficiente para contenerlo. Como decía Cortázar en Instrucciones para dar cuerda al reloj (Historias de Cronopios y Famas): allá en el fondo está la muerte.

Y entonces saltan las palabras increíbles que dejan a uno sin aliento y con un nudo en la garganta del que ya nunca podrá librarse: “The closer I get to my ending, the closer I’m getting to re-writing my beginning. And certainly, by the end... by the last page, the climax has re-conditioned the opening; and the opening usually changes.” Y quien las dice es un Nicholas Ray bigger than life que ya no es sino una sombra física de lo que fue, y que imparte así su última lección sobre el cine o, lo que es lo mismo, sobre la vida.

¡Salud!

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