jueves, marzo 10, 2005

A modo de presentación

Bienvenidos a mi bitácora personal. La he bautizado con el nombre de la famosa cueva de Montesinos porque en ella vivió don Quijote la más fantástica y maravillosa de sus aventuras y yo me planteo esta bitácora como un sitio mágico y fantástico en el que aparecerán comentarios sobre cualquier cosa que me mueva a la reflexión. El nombre incluído en la URL (The Forest Of Arden) también pertenece a otro lugar mágico y, sin embargo, real donde todo es posible: el bosque de Arden shakesperiano. Mi intención es publicar algo a medio camino entre el diario personal (de ahí que publique los mensajes con pseudónimo) y el comentario sobre los temas que me interesan: literatura, cine, música, arte...

Espero que esta cueva se llene de amigos que concuerden y discrepen de lo que aquí se publique. Para que se tenga una ligera idea de mis circunstancias personales valga la siguiente ficha:

No he cumplido 33 años. He vivido en Pontevedra, Londres y Madrid y me gustaría hacerlo en Lisboa. Fuera de España, he estado en diferentes lugares de Irlanda, Dinamarca, Holanda, Suecia, Portugal y el Reino Unido. No quisiera
"dulce y repentinamente desvanecerme
y no ser visto nunca más
"
sin haber visto antes Viena, Florencia, Salvador de Baía, Cartagena de Indias, Nueva Orleans y París. Soy profesor de secundaria. Soy capaz de comunicarme y leer en portugués e inglés, además de español y gallego, claro. Hace tiempo aprendí un poco de danés, del que no recuerdo casi nada. He elegido el pseudónimo de Klingsor, por identificación con el personaje de la novela de Herman Hesse “El último verano de Klingsor”, que Hugo Pratt en la aventura de Corto Maltés titulada “Las Helvéticas” relacionó con Wolfram von Eschenbach, autor de “Parzival”. Todas estas referencias han permanecido conmigo durante muchos años y siempre vuelvo a ellas para encontrar restos de quién fui y nuevos mensajes que esperan el momento adecuado para ser descubiertos. Para el resto de obras que han marcado mi vida y más detalles sobre ésta, emplazo a “mis improbables lectores” a futuras entregas de esta bitácora.


¡Salud!